Porque hice todo, porque intenté todo.
Porque intenté tener buen humor, porque intenté ser fría, intenté no llorar, intenté llorar.
Porque intenté arreglar las cosas, por mas que fuera imposible.
Porque escuché tus lagrimas y te ayudé, porque te escuché reír y te envidié.
Porque ya no quedaba nada, porque ya nada intentaba.
Porque intenté adaptarme y no lo logré, intente desaparecer y tampoco lo logré.
Porque intenté callar todo lo que tenía adentro y mágicamente lo vomitaba.
Porque ya no tenía nada adentro, porque había dado todo.
Porque me dí cuenta de que lo que yo necesitaba hacer para estar nuevamente viva era ser esa clase de persona que odio.
Porque ahí entendí que no tenía arreglo.
Porque me convertí en un desorden.
Porque entendí que desaparecí, y fue por tu culpa.